lunes, 29 de febrero de 2016

poema 385

CCCLXXXV


Amaba a mis niños


Con mis ojos llorosos, pues mucho me dolió
Que con oscura infamia vanos fines logró,
Mujer acomplejada que no tiene razón
Con nefastas mentiras mi labor terminó;

Era cual monstruo inmundo, que vive sin amor;
Era un alma tan negra, tan llena de dolor
Pues en negra conciencia sólo había rencor
Que solamente insidias a su paso dejó;

Que me ha dolido y mucho, cuán duele la traición,
Porque amaba a mis niños, buscaba lo mejor;
Algo que torpe mente jamás lo comprendió,

Una lúgubre senda que tan sólo buscó
Alguien para dañarlo, sin mostrar compasión:
Pues es la más abyecta de su generación…



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