domingo, 14 de febrero de 2016

poema 310

CCCX



Divina princesa


Me permite decirle, mi señora
Lo hermosa, lo elegante de su porte,
Que no hay, en su presencia, quien no aporte
Una frase fugaz y halagadora;

Todas dicen que usted los enamora,
Que no existe quien su mirar soporte,
Quien, al usted pasar, como un resorte,
No vuelva, ante su voz tan seductora;

Y yo que soy su eterno enamorado,
Soy acero al imán de su belleza;
Diré que siempre voy enajenado

Por su gran hermosura y gentileza;
Cuidando a mi divino ser preciado,
Amando, del Señor, a su princesa…


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