domingo, 14 de febrero de 2016

poema 308

CCCVIII




Después de la guerra, paz

Con el paso del tiempo, del amor, los cuidados;
Del dolor, lo llorado; el sabor, de lo incierto;
Puedo ver la verdad, al final del camino,
Me venció mi destino, dura realidad;

Yo nací para amar, entregarme sincero
Al amor por entero, de su esencia gozar;
Que perdí la razón, que me hundí en la locura,
Por vivir la ternura de jovial corazón;

Está bien, lo comprendo que se debe pagar,
El pecado de amar y sufrir en silencio;
Pero Padre, ¿por qué? Si nos diste tu amor
¿Por qué será el dolor el efecto del ser?

Tú pretendes, quizá, al negarnos la dicha
Encontrar en desdicha nuestra felicidad;
Porque tristes pensamos en la causa escondida
Del porqué de la vida, del dolor que enfrentamos;

Situación muy violenta el poder aprender
Pues el llanto sólo es la medida más cruenta;
Para que hombre comprenda deberá de aceptar,
que solamente hay paz al final de la guerra…

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