viernes, 27 de mayo de 2016

poema 879

DCCCXCIX






Nuevo Prometeo

También algún día me iré, y se quedarán mis amigos,
Como los honestos testigos de lo que algún día canté;
Y recordarán a Gonzaga como el que cantaba al dolor,
El que le cantaba al amor o a esa fatua sombra que vaga,

Como un fantasma entre la nada, que su gran misterio guardó
Y que tan sólo develó a esa loca alma enamorada;
Mas él la compartió con todos como aquel audaz Prometeo
Que le arrebató el noble fuego a los dioses, que muy incómodos

Lo condenaron sin piedad, a continuar encadenado
Para sentirse devorado todos los días con crueldad;
Y es que no hay condena fatal, ni martirio más inhumano:
Que ver sufrir a algún hermano sin que lo puedas evitar…

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