DCCCXL
Así fue... tienes razón
Cuando miro hacia el cielo para mirar el sol,
O la estrella que brilla cuando empieza el ocaso;
Cuando en hojas marchitas reverberan mis pasos
Me moja suave brisa de un ardiente arrebol,
Entre aquellos momentos de nostalgia y amor,
Do llanto carmesí mojando mi regazo,
Surge tu bella imagen, muy lento, muy despacio
Un silencioso llanto que expresa mi dolor;
Y repito tu nombre y pregunto, por Dios,
¿Di por qué te marchaste sin una explicación?
Si tanto te quería, ¿por qué dijiste adiós?
Si todo te lo daba: vida, alma y corazón,
¿Por qué me abandonaste con un rencor feroz?
Rencor por adorarte: así fue… tienes razón…
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