jueves, 7 de enero de 2016

poema 119

CXIX




Pido a Dios le dé luz


Muchas voces me dicen:
-¡Amén amigo mío!;
Pero alguno me reta,
Se me ahoga un suspiro;

¿Habrá aún, un poeta
Que renuncie a su sino
Y se entregue al dinero,
Al oscuro camino;

Que se entregue al becerro,
La indolencia, el martirio,
Y se jacte orgulloso
De sus rudos espinos?

Se quiebra el corazón
Le doy gracias, amigo,
Me queda en la garganta 
Un llanto reprimido;

Me refugio en mis letras
Y en silencio le escribo,
Pido a Dios le dé luz
Y me duermo tranquilo…


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