domingo, 24 de enero de 2016

poema 195

CXCV





Atiende al llamado


Esta vida es dura, me decía aquel, 
Pregunté ¿por qué? Por tantos problemas: 
Dinero, no alcanza; pobreza, que abunda; 
Mentiras profundas que surgen del alma 

Ricos, tan hipócritas; curas, de mentiras; 
Ocultas salidas que brinda la droga; 
Hijos del maltrato, en fatuos caminos, 
En campos perdidos viviendo explotados; 

Y el afán de dar lleno de injusticia, 
Y la hipocresía con impunidad; 
¿Dónde se han quedado aquellos valores? 
En esos rincones ya casi olvidados; 

El noble trabajo, no se paga bien, 
El querer saber, ya no es valorado; 
Estudiar idiomas y computación, 
El arte, un horror que nada te otorga; 

Vivir de mercar la piratería, 
En aquella esquina el placer banal; 
En algún deporte, en alguna empresa, 
Demandas que dejan mucho más al hombre; 

Y en esta batalla, que no tiene fin, 
Endiosar al mí, procurar la fama; 
Amores comprados, sólo pasajeros, 
Que no dejen duelos, sí ricos regalos; 

Y así va la vida en pos del abismo 
¡Cuánto hemos caído! ¿Qué larga agonía! 
Y todo se muere se hunde en el caos 
Estamos cansados, el mundo fenece; 

Bendita esperanza donde te has metido 
Perdido sentido en mundo sin alma; 
Somos sólo náufragos sin ningún timón 
En el mar de horror sin puertos ni faros; 

Es triste morir todo solitario, 
Sin ningún resguardo en funesto fin 
Donde niños matan, secuestran y roban 
Donde el mal aflora y crece la llaga.

Cuán verdad Tú dices: ¡ay de las mujeres 
Con vida en su vientre! que el engaño críen, 
Ya son estas épocas de arrepentimiento 
De buscar sedientos la vida, la entrega; 

Queridos hermanos, escuchen mi ruego, 
Dejen el entierro y sigan sus pasos; 
El Maestro llama a buscar amor 
Pidamos perdón: pureza en el alma; 

Que Jesús invita a ese convite 
Tu esperanza vive, tu caridad siga 
Y verás tu nombre en ese gran libro; 
Serás el principio de otro mundo joven…

No hay comentarios:

Publicar un comentario