miércoles, 13 de enero de 2016

poema 143


CXLIII





No a la depresión; sí, a la paz



Es como cáncer del alma, Es muy voraz destrucción,
Veneno en el corazón, Destructora de la calma;
No te dejes derrotar Por esta enemiga fiera;
Al más sobrio desespera, Al más fuerte hace temblar;

Es ansiedad, es locura, Es angustia, depresión,
Gusano de la aflicción Que la muerte nos apura;
A los viejos los agota, Parásito despiadado,
Los enfrenta a su triste hado Y sus órganos explota;

Tú debes de controlarla Con alguna ocupación,
Es vacuna toda acción Para poder derrotarla;
No permitas que te invada, Nunca la dejes crecer,
Es la cicuta del ser, Es la más aguda espada;

Tal parece que es aborto De la civilización,
Le llaman hipertensión: Nuevo y cruel camino corto;
Nos invade por la boca Y también por la nariz: 
Humanidad infeliz Con su ritmo se desboca;

Su raíz es el dinero, Esa globalización
Que genera explotación Y el vivir, cual prisionero;
Si tú quieres libertad, Procura sabiduría,
Mantén siempre la armonía Y desvela su verdad…


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