MCLXV
Para Él
Sólo hay un pensamiento para mí;
nítido manantial, vivaz, ardiente;
suave Aliento Divino, nunca ausente,
clara Antrorcha de Luz, mi frenesí.
¡Cuán triste este vivir sería sin ti!,
a ciegas caminar entre la gente
que busca el bienestar en el presente
y olvida que un instante vive aquí.
Tú eres el resplandor puro y divino;
de la cueva, la Luz de la Verdad;
del dorado Cáliz, eres el vino;
De este mundo la Sal de la Bondad;
eres Alfa y Omega en mi camino:
Sólo a tu lado hallé felicidad...
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