jueves, 31 de marzo de 2016

poema 538

DXXXVIII






Dulce alivio


¡Ay, vida! ¿Cuánto has jugado conmigo?
Me llenaste de infinita alegría,
Me diste una celestial compañía
Que me brindo con ternura su abrigo;

Y de repente quedé en el olvido,
Siguió la tormenta a tanta armonía,
Me arrebataste lo que más quería,
En mar sin rumbo me encontré perdido.

¡Cuánto he llorado por tan grande ausencia!
Mas soporté tan inmenso dolor;
Sigo anhelando su grata presencia,

Sigo extrañando su infinito amor:
Ella se fue, pero olvidó su esencia:
Un dulce alivio para el corazón…

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