miércoles, 20 de abril de 2016

poema 687

DCLXXXVII




Oh, mi divina ilusión

Oh mi divina ilusión, ¿por qué te desvaneciste?
Simplemente te perdiste, sin decir siquiera adiós;
Fuiste como un bello sueño -no quería despertar-
Mi vida era ese soñar, pero ahora estoy despierto;

Y es tan grande mi tristeza, tanta la desolación,
Que mi pobre corazón ha perdido su entereza;
Y con el llanto en mis ojos, he aceptado mi destino:
Seguir por este camino, abandonado y de hinojos;

Sé que tú no volverás a recordar tu pasado,
Será un momento olvidado, espejismo nada más;
En cambio yo seguiré tan solitario, entre espinos,
Con el ánimo caído por la ilusión que se fue;

¿Hacia dónde partirás? Nada me debe importar,
Tan sólo sé que jamás de mí tú te acordarás;
Fuiste divina ilusión, fuiste ese sueño imposible,
Fuiste aquella alma sensible que de pronto me olvidó…    


No hay comentarios:

Publicar un comentario