domingo, 11 de marzo de 2018

poema 1691

MDCXCI

Entregarme pleno a ti

Eres todo en mí, mi niña querida,
Eres la única dueña de mi amor,
Eres para este mundo albo color
Y para mi alma tierra prometida;
Eres mujer divina y consentida,
Un prodigioso alivio a mi dolor,
Sutil y afrodisíaco sabor
De aquella dulce fruta que es prohibida;
Y sin embargo amor tanto te quiero
Que mi único deseo, para mí,
Es tenerte y gozar, si soy sincero,
La delicia suprema que sentí
Al besar tus mejillas, mi lucero,
Y el de entregarme pleno sólo a ti…

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