MMCMLXXXVIII
Solamente seré tuya
Rosé tu piel suavemente
y la mía despertó,
y el aroma del amor
me acarició como siempre;
besé tus labios ardientes,
se incendiaron como un sol,
y aquel impulso feroz
me encantó como una sierpe;
yo me entregué a ese deseo
que despertó mi locura
y te mostré cuán te quiero
cobijados por la luna,
y escuché entre el silencio:
-¡solamente seré tuya!...
Me di al deseo que despertó mi locura, te mostré cuán te quiero cobijados por la luna, oí entre el silencio -¡solamente seré tuya!...
ResponderEliminar