MMCMIV
Padre, nunca me la quites
Padre, el fuego lo resisto,
quemando a diario mi cuerpo,
tengo el pecho descubierto
muy lacerado y herido;
Padre, sigo sin destino,
sobrellevando el tormento
con mi oración para el Cielo,
con el llanto reprimido;
todo lo acepto sin queja,
con la paciencia de Job,
con la prudencia de aquélla;
mas, no me quites su amor,
porque en ella encuentro fuerza:
ella es mi auténtico sol...
Todo acepto sin queja, paciencia de Job, prudencia de aquélla; no me quites su amor, en ella encuentro fuerza: es mi auténtico sol....
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