MMDCCXXVI
Para ésos, los hijos de la luna
El cangrejo tiene el corazón
Bien conectado a su gran cabeza,
Por lo tanto, siempre siente y piensa
Con ese dulce toque de amor;
Para él no existe el todo pasó,
Busca siempre la razón primera,
Siempre está atento a toda queja
Para sanarla como un gran sol:
Con caparazón confronta el mar
Para ocultar su excelsa ternura,
Que nunca lo amargue tanta sal,
Siempre se esconde en la blanca espuma;
Se hunde en la arena, ¿qué pasará?,
Sólo prepara abnegada ayuda…
Oculta su ternura, que no lo amargue la sal se esconde en blanca espuma; se hunde en arena. ¿Qué pasará?, prepara abnegada ayuda...
ResponderEliminar