jueves, 24 de noviembre de 2016

poema 1296

MCCXCVI



Dame el bien que me abruma


Viento dame tus alas para poder volar,
Poder acariciar, a quien me roba el alma;
Tiempo dame la calma para siempre esperar
A quien yo quiero amar, como única esperanza;

Tengo mucha confianza en poderla alcanzar
Y poder disfrutar esta hazaña dorada;
Mi mujer amada es casi celestial,
Mujer tan ideal como bella alborada;

Luna dame la bruma que me pueda esconder,
Que la pueda tener y gozar la fortuna
De exquisita alma pura que despertó mi ser;

Sol, dame ese placer; mar, dame aquella espuma;
Luz, dile que me abruma inmenso padecer;
Vida, entrégame el bien que mis anhelos consuma…

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